Diariamente se consumen más de 1.400 millones de tazas de café en todo el mundo, la mayoría de estas durante el desayuno. Por eso, el café es una de las bebidas más populares.

Pero, ¿sabemos hacer un buen café en casa? ¿Somos conscientes que a veces nos sale más amargo de lo que debería? ¿Elegimos la cafetera correcta? ¿Escogemos bien el lugar dónde guardarlo?

Te compartimos los 8 errores más frecuentes que se comenten cuando preparas una taza de café y el resultado no es perfecto.

1. No escoger café de calidad

Al comprar café debes tener en cuenta cómo se ha cultivado, la materia prima  y como se tuesta. También importa algo tan básico como tu gusto personal a la hora de elegir la variedad del café, tanto en los matices aromáticos como en el punto de amargor o acidez.

2. No elegir un café recién tostado

El café se ha de comprar recién tostado para conservar su frescura. Los granos de café comienzan a perder su sabor en el momento en que salen del tostador. Un café recién tostado tiene sabores más intensos y por lo general son cafés más frescos y de mejor calidad.

El  rastro amargo del café es natural porque proviene de la cafeína, pero si el café está excesivamente tostado el gusto amargo se acrecienta y se pierde el equilibrio con los sabores dulces y ácidos.

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3. Molerlo mal y no hacerlo al momento

Igual de importante que comprar un café recién tostado es que te lo muelan al momento. La diferencia es similar a la de cortar una ensalada y comerla o esperar un rato antes de hacerlo.

También debes tener en cuenta que cada cafetera necesita un punto de molido. Las de filtro tradicionales requieren un grano más grueso que las cafeteras italianas. Y si quieres moler tu mismo el café debes hacerlo con un molinillo de muelas, nunca de aspas.

4. No escoger bien el tipo de cafetera

Si eres cafetero, debes tener claro cuál es tu cafetera. “Si te gusta el café espresso fuerte y corto para hacer capuchinos no te compres una de filtro, y si te gusta el café largo y suave, con matices, no optes por una espresso”.

Conoce cómo elegir el método de preparación adecuado para ti.

5. Usar agua del chorro

El agua es muy importante para que te salga un buen café. Cuida que sea filtrada, sin sabor ni olor. Puede ser agua embotellada o filtrada en casa.

6. No cuidar la cafetera

Si tu cafetera te acompaña todas las mañanas y te regala su fabuloso producto, humeante y fuerte, puede ser que también te esté llenando de algo más: ¡bacterias! Siempre, cada uso que hagas de ella, debes de limpiarla y dejarla limpia.

7. Guardar el café en un mal lugar

Almacena tus granos de café alejados del aire, la luz y la humedad. Te recomendamos mantener los granos de café en un recipiente hermético, eso hará que su frescura se prolongue.

8. Recalentar el café

El café se debe consumir de manera inmediata para disfrutar de todos los matices de su sabor. Hacer una cafetera para todo el día e ir recalentando a medida que te lo tomas es equivalente a tostar pan por la mañana y volver a tostar la misma rebanada a media tarde.

Guardar el café lo oxida y recalentarlo lo enrancia, pero si no tienes más remedio que hacerlo, por lo menos guárdalo dentro de un termo para que conserve el calor.

“La amistad es como el café, una vez frío nunca vuelve a su sabor original, aún si es recalentado”, decía el filósofo Kant.

 

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